De humana physiognomonia, 1618
La obra de Giovanni Battista Porta, científico y erudito napolitano del Renacimiento, es muy amplia. Aquí vamos a destacar De humana physiognomonia, obra de 1586, en su edición de Fráncfort de 1618. En ella el autor propugna el conocimiento de la personalidad del individuo a través del estudio de diversos rasgos físicos del mismo, apoyándose en numerosos grabados en los que presenta rostros humanos con su correspondencia, habitualmente en la imagen de un animal. Este ejemplar conservado en la Biblioteca de la Universidad Carlos III es uno de los dos que figuran en el Catálogo del Patrimonio Bibliográfico.
Giovanni Battista Porta (1535-1615), también conocido como Giambattista della Porta, fue un científico napolitano del Renacimiento y verdadero erudito, dedicado al estudio de campos diversos, tales como la criptografía, la fisonomía o la astronomía. En una época en la que los límites entre ciencia y magia eran muy difusos, la Iglesia comenzó a considerar heterodoxos a estudiosos del mundo natural, como él. Tanto es así, que la principal obra de Porta, Magia Naturalis, no fue incluida en el Índice de Libros Prohibidos por la Inquisición en virtud de la protección de influyentes personajes. Es una obra monumental, en la que encontramos ensayos científicos y prácticas de “magia”, entendiendo ésta como el estudio de los fenómenos naturales a los que no se encuentra explicación.
La obra que aquí se presenta, De humana physiognomonia, también fue objeto del escrutinio inquisitorial, pero pese a ello llegó a ser muy conocida y varias ediciones en latín vieron la luz, así como en italiano. También se tradujo al francés y al alemán. Su primera edición está fechada en 1586, en Vico Equense, localidad napolitana donde nació el autor. Las ediciones posteriores en latín, su idioma original, tuvieron lugar en diversas ciudades en los años de 1593, 1601, 1602, 1618 y 1650. La fisiognomía es una pseudociencia con raíces aristotélicas de la que Porta fue uno de sus mayores valedores. En ella se propugna el conocimiento de la personalidad del individuo a través del estudio de diversos rasgos físicos del mismo, sobre todo faciales. Para apoyar sus razonamientos se incluyen en el libro una serie de grabados que después se han hecho famosos, en los que se presenta rostros humanos en diferentes expresiones con su correspondencia, habitualmente en la imagen de un animal.
La edición que mostramos es la de 1618, en octavo, salida del taller del impresor de Fráncfort Nikolaus Hoffmann, a expensas de la librería de los herederos de Jacobo Fischer. Sus numerosos grabados, muchos de los cuales se repiten a lo largo de la obra, son iguales a los de la primera edición de 1586.
Según el Catálogo del Patrimonio Bibliográfico solamente figura otro ejemplar de esta edición en nuestro país además de este conservado en la Biblioteca de la Universidad Carlos III, biblioteca que guarda asimismo un ejemplar de la edición de 1601 publicada en Urselles (Oberursel), también en 8º y presentando los característicos grabados.